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¿POR QUÉ HACE OCHO AÑOS QUE NO CRECEMOS?

¿Qué presupuesto hay que cortar ahora? El de los políticos. Ha llegado la hora del ajuste, sí, de los políticos.

¿Por qué hace ocho años que no crecemos?

El Estado pasó de costar de un 25% al 46% del PBI: eso es la inversión que falta

Iris Speroni
* Licenciada de Economía UBA, Master en Finanzas, Ucema. Posgrado Agronegocios, Agronomía UBA.
Nota original La Prensa 26 de mayo de 2019: http://www.laprensa.com.ar/476891-Por-que-hace-ocho-anos-que-no-crecemos.note.aspx


Estamos a meses de las elecciones generales. Tras el estancamiento 2011-2015 vivimos una retracción económica desde el 2015 a hoy. Se acumulan casi ocho años de caída del PBI y sin perspectivas de revertir esta situación. Por el contrario, la totalidad de la casta política ha generado las condiciones para dificultar cualquier crecimiento del empleo, de la exportación, del mercado doméstico, a futuro.

Hay personas que recuerdan con nostalgia los últimos años de gobierno de la Sra. Fernández. En el período 2011-2015 el país no creció. No crecer significa ser todos más pobres: todos los años nacen niños e inmigran personas. Somos más para comer la misma cena. Por eso perdió las elecciones del 2013 y del 2015. Las personas quieren al menos crecer un 1,2% anual. No parece un petición a las autoridades desmedida.
El gobierno del Cambio logró que la economía decreciera. En este último año la caída fue significativa, como bien lo explicó Funes de Rioja el 11 de mayo para La Prensa (1). Las autoridades le echaron la culpa a las condiciones externas o a la oposición. Excusas. 
COMPLICES
Cabe recordar que el endeudamiento y el despilfarro de los ingresos del Tesoro fueron aprobados por el Congreso. Tanto el oficialismo como la oposición fueron y son cómplices del endeudamiento de nuestra Nación. Es el Congreso el que aceptó un presupuesto de $ 206 mil millones de subsidios a las petroleras y de casi $ 62 mil millones al transporte. Ambos sectores están en manos de los amigos del poder cuando no directamente son propiedad de los políticos a través de testaferros o a cara descubierta. 
Como si este abuso fuera poco, esta semana promulgaron (2) una ley donde Mercado Libre pagará parcialmente las cargas sociales y una alícuota de ganancias del 15% mientras le descuentan impuesto a las ganancias a un cristiano que gana menos de mil dólares por mes. Son más desalmados que Macron. Todo esto es pasado.
Es posible crecer en el futuro inmediato. Se requiere una inversión anual constante del 20% del PBI, un quinto de lo que se produce. ¿Por qué entonces hace ocho años que no crecemos? Porque ese dinero es el que se lleva el Estado para que la casta política tenga un nivel de vida como no tuvo nunca en su historia. Muchos de ellos viven como no lo hacen sus pares europeos. El Estado pasó de costar un 25% del PBI al 46% del PBI. Ese 21% de diferencia es lo que hace falta invertir y no se puede porque se lo lleva el Estado.
Ese y no otro es el gravísimo problema que tenemos hoy los argentinos. Es por eso que este año el presupuesto prevé 11.500 millones de dólares retenciones de las cuales u$s 8.500 millones corresponden al agro. 
Y a pesar de ello los caminos rurales dan pena, el Chaco está inundado no sólo por las fuertes lluvias sino porque los canales están tapados por falta de limpieza. Donde el campo paga fortunas de royalties cuando hubiera podido comprar la división de semillas de Nidera, vendida finalmente a Syngenta. El campo debería tener un servicio de carga ferroviaria de excelencia. Por u$s 8.500 millones anuales es lo mínimo que el sector de las economías regionales debería exigir. 
Se necesita una mínima política de shock para arrancar. La economía argentina anda y crece sola si el Estado le deja. Ahora la economía está en terapia intensiva porque la casta política le saca toda su sangre y los ciudadanos bombeamos nuestro corazón en falso. Si la casta política moderara su codicia, si pudieran estar seis meses sin pasear por Cannes, podríamos arrancar y crecer moderadamente.
PRIMERA MEDIDA
Las medidas que debería tomar un próximo gobierno:
* Necesitamos invertir el 20% de nuestro PBI. Para ello hay que bajar los impuestos y dejar ese dinero en el bolsillo de las personas y las empresas.
La principal responsabilidad y preocupación es llegar al pleno empleo. Muchos compatriotas sufren por falta de trabajo o trabajo mal pago. La caída del salario es fruto de la ausencia de demanda laboral que tira hacia abajo lo sueldos.
Estamos viviendo esta situación dramática para cientos de miles de familias cuando los países desarrollados disfrutan el crecimiento del empleo y aumento del salario, en particular de las personas menos calificadas. Sucede en Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Alemania y, en menor medida, en el resto de Europa. 
El principal objetivo de un nuevo gobierno debería ser el pleno empleo. Para ello hay que eliminar todos los impuestos al trabajo que aumentan artificialmente el costo de contratar a una persona. 
SEGUNDA
* La segunda medida que debe tomar el nuevo gobierno es eliminar todos los impuestos que atacan los pasos intermedios de la cadena de producción. A la cabeza de todos ellos: el impuesto a los combustibles. En un país sin ferrocarriles, cobrar impuestos sobre el combustible es poner freno de mano a todas las economías, en particular a las regionales.
Los alimentos son caros para la mayoría de las familias. A su vez las economías regionales están en retroceso notorio. Acá hay que tomar dos medidas simultáneas. Que el tipo de cambio sea alto para poner en pie las economías regionales. Para que no repercuta en los asalariados se debe eliminar todo impuesto a los alimentos y forrajes. Conjuntamente con la eliminación del impuesto a los combustibles el precio de los alimentos bajaría a la mitad.
Un tipo de cambio alto (3) no sólo favorece las exportaciones agrícolas de productos regionales (vinos, quesos, lanas, maderas, arroz, té), sino a la producción industrial, ya que le permite exportar y competir en pie de igualdad con las importaciones a la vez. Adicionalmente el mayor movimiento del sector externo incrementará los ingresos de la Aduana, que según la Constitución debería ser la única fuente de recaudación del Tesoro Nacional. 
EXCUSAS
Los políticos -todos- van a decir que es imposible bajar impuestos porque tienen que financiar a los planes sociales, a los jubilados, a la política de género y comprar misoprostol y hormonas para infantes. Mienten. Cuando quisieron cortarle el presupuesto a las Fuerzas Armadas lo hicieron sin miramientos y fueron expeditivos. ¿Qué presupuesto hay que cortar ahora? El de los políticos. Ha llegado la hora del ajuste, sí, de los políticos. Si es que no quieren ser reemplazados, como está sucediendo conflictiva, trabajosa, lentamente en Europa. 
Para recuperar la economía el nuevo presidente deberá:
* Eliminar los impuestos al trabajo.
* Eliminar todo impuesto sobre combustible, luz, gas.
* Eliminar todo impuesto intermedio a las etapas de producción (sellos, ingresos brutos); en compensación traspasar el impuesto a las ganancias a las provincias con una alícuota de 15% para las personas físicas y 20% para las jurídicas.
* IVA de 10% de todos los productos excepto alimentos, forrajes, combustibles, luz y gas.
* Eliminar las retenciones.
* Eliminar toda forma de adelanto impositivo.
FRENESI DE DERROCHE
Bajar el frenesí de derroche de la casta política. Hay que hacerlo con la misma decisión que Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, Kirchner, Fernández y Macri mostraron para podar el presupuesto de Defensa. La casta política cree que vive en Francia, Holanda o Alemania y no en un país con un ingreso per cápita de un tercio de éstos. 
Son pocas medidas. Tomadas con decisión el país rápidamente se pone en marcha. Al contar con capacidad industrial instalada ociosa, la recuperación será inmediata. Sin perjudicar los ingresos de jubilados y pensionados, sin eliminar planes sociales, indispensables hasta llegar al pleno empleo, sin bajar los presupuestos de Salud o Educación. Eso sí, no se financiarán por dos años viajes a Cannes. 

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